TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN (TDA) O DESATENCIÓN
Los niños y jóvenes con esta problemática no consiguen aplicarse en las tareas lo suficiente como para terminarlas; tienen dificultad para organizarse y completar correctamente sus obligaciones. Les cuesta mucho seguir las instrucciones y frecuentemente cambian de una actividad a otra sin antes haber finalizado la que empezaron.
La persona que sufre este déficit da la impresión de no escuchar o de no haber oído lo que se le dijo. A menudo son incapaces de seguir las reglas de los juegos y de escuchar las propuestas de otros.
TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD (TDAH)
Las personas con este déficit tienen dificultad para quedarse sentados, con frecuencia dan brincos, corren sin sentido, manipulan objetos, hacen contorsiones del cuerpo y provocan mucho ruido en las actividades (incluso en las que requieren de silencio).
Cuando están con otras personas usan una palabrería excesiva o llamativa y tienen incapacidad de jugar tranquilamente o de regular su actividad de acuerdo con las reglas del juego.
IMPULSIVIDAD
Las personas que se comportan impulsivamente hacen comentarios fuera de lugar, dan respuestas antes de haber acabado las preguntas, no respetan el turno en las actividades de grupo, no esperan las instrucciones dadas antes de empezar una tarea, interrumpen al profesor en sus explicaciones.
Además suelen interrumpir y hablar a otros durante el trabajo, sobre todo cuando se ha pedido silencio. Con los compañeros tienen incapacidad de esperar el turno en los juegos, interrumpen, cogen objetos, y hacen actividades que pueden ser peligrosas sin considerar las consecuencias.
Algunas de las manifestaciones asociadas al déficit de atención son: baja autoestima, debilidad de humor, baja tolerancia a la frustración, explosiones de cólera, insuficiente rendimiento escolar.
En un alto porcentaje su aparición se verifica antes de los 4 años y no se reconoce hasta que el alumno va al colegio. Actualmente el déficit de atención con o sin hiperactividad se manifiesta entre el 3 y el 7 % de los niños en edad escolar y se da con más frecuencia en niños que en niñas (de 6 a 9 veces más).
Es importante trabajar con estrategias adecuadas tanto en el aula como en el entorno familiar. En nuestro centro orientamos tanto a la familia como al tutor del niño o joven y al departamento de orientación de su centro escolar.
